viernes, febrero 29, 2008

Juanito hueles a podrido


Si la publicación de "Por Favor Mátame" hizo que muchos rockeros alérgicos a la lectura, cogieran por primera vez un libro entre sus manos para solazarse, el siguiente artefacto causará idéntico resultado.

En este caso es la edición de la autobiografía del cantante de los Sex Pistols, John Lydon. Un repaso a los primeros años de aquel movimiento llamado punk. Término que William S. Burroughs creía que servía para denominar a aquellos que se dejaban dar por culo en las cárceles americanas. Bien, en este libro se desmontan varios tópicos de aquella pseudo-revolución musical, ¿eran los primeros punks unos
fashion victims?, ¿puede un líder punk escuchar discos de los Stooges en casa acompañado de su madre?, ¿se puede vivir a cuerpo de rey y encima estar orgulloso de ser muy punk?. Todo eso es verdad y más.

John Lydon alías Johnny Rotten en los Pistols, nos sumerge en el Londres de los años setenta, de la mano de su grupo de amigos de la adolescencia. Gente de extracción obrera en su mayoría
(¡Johnny empezó a trabajar con diez años!), que acabó haciendo algo que no hacían otros por puro aburrimiento. ¿Os imagináis a hooligans ingleses amantes del rock yendo a discos para gays?. Una época confusa y violenta donde tribus urbanas como los rockers, mods, ultras, skinheads y los recien nacidos punks se molían a palos por King's Road y otras calles, y donde David Bowie y su mundo mandaban en cuestión de modas. Carne de portada de los tabloides británicos que sacaron provecho de tanto escándalo juvenil.

Los dardos emponzoñados que suelta Johnny contra gente como los Clash, Damned, Vivienne Westwood, Siouxsie, el punk neoyorquino, Eddie and the Hot Rods, el resto de los Sex Pistols y un largo etcétera, no tienen desperdicio. Y sobre todo el demonio supremo, su manager Malcom McLaren, al que culpa de casi todas las desgracias de la banda, pero al que Johnny no puede restarle importancia por mucho que quiera en el libro, como promotor, instigador y provocador de aquella escena. Sin duda habría que otorgarle también el 50% de los méritos. ¿Quién si no iba a hacer de un tarugo como Sid Vicious un icono pop del siglo XX?, ¿cómo una película tan cutre como The Rock And Roll Swindle es tan genial a la misma vez?.

A pesar de que John Lydon expresa su punto de vista desde la cúspide del mundo (él y después nada más), lo mejor del libro son sus reflexiones de cómo aquello se tuvo que terminar en su momento para evitar las hordas de imitadores musicales que salieron después, y lo triste que el punk degenerara en una tribu urbana donde sus miembros debían estar sujetos a un uniforme y a unas reglas (¿estúpidas?) determinadas. Todo ello debido a la contaminación con que los medios informativos y musicales divulgaron el fenómeno. Ya sabéis, todo es vender y vender...

En España como casi siempre no nos enteramos de lo que sucedía hasta varios años después, a no ser que se considere a Kaka De Luxe como grupo proto-punk ibérico (¿?).

No os creáis nada de lo que diga un rockero, y menos de Johnny Rotten, donde en esta foto se le puede ver en actitud amigable con una de sus mayores fobias en los setenta, un miembro de los progresivos Emerson Lake & Palmer. El tiempo barre muchas cosas. Incluso su orgulloso padre escribe un emotivo capítulo dentro del libro, sniff... . En breve Sir John Lydon...

La edición por parte de Acuarela Libros libros es excelente y la traducción muy acertada. A must read.